No todo el mundo sabe cómo se limpia una ventana de vidrio, y de hecho lo más común es que no sepamos hacerlo o nos queden cercos o marcas, que en ocasiones consiguen que la ventana parezca más sucia.
Por suerte, hay muchos trucos o maneras de limpiar los cristales de las ventanas, eso sin olvidar que los marcos también necesitan una limpieza de vez en cuando.
Podemos emplear una bayeta específica para cristales
Una de las maneras de que los vidrios de las ventanas queden limpios es adquirir una bayeta específica, que vamos a poder encontrar en cualquier supermercado y que hace que los cristales queden como nuevos.
Solo hay que humedecer los vidrios, por ejemplo, con un producto para cristales, y a continuación pasar este tipo de bayeta siempre seca, quitando la humedad del vidrio al instante y evitando las marcas que son las que estropean el resultado final.
El alcohol les da una transparencia increíble
No es necesario comprar ningún producto contaminante si queremos que el cristal tenga una gran transparencia, de esas que nos hace dudar de si la ventana está abierta o cerrada.
El truco para conseguir este efecto es poner unas gotas de alcohol, del que tenemos para desinfectar heridas en el paño húmedo con el que mojamos los vidrios.
Solo con eso, el resultado de la limpieza mejorará mucho y nos sentiremos orgullosos de haberlo conseguido tan solo con unas gotas de un elemento tan barato y ecológico como el alcohol.
El vinagre, solución ecológica
A veces nos empeñamos en comprar productos con perfumes y fabricados para cristales, cuando la mejor manera de limpiar una ventana de vidrio la tenemos en casa, en la despensa.
Gracias al vinagre los cristales quedan impolutos, y para ello en un pulverizador ponemos el 50 % de vinagre de limpieza, que es más fuerte que el que usamos en la cocina, y el 50 % de agua.
Pulverizamos sobre las ventanas y pasamos un paño de microfibra (no sueltan pelusas) desde arriba hacia abajo, para dejar ese trapo, coger otro limpio y seco con el cual vamos a terminar de eliminar el vinagre consiguiendo unos cristales transparentes, todo ello sin contaminar.
No hay que olvidar los marcos
Siempre nos centramos en limpiar los cristales, pero lo cierto es que los marcos también se ensucian, tanto por dentro como por fuera.
Su limpieza es muy sencilla, y en el caso de los marcos de las ventanas de aluminio basta con un trapo humedecido en un poco de agua caliente, que podemos acompañar de algo de detergente como el de lavar a mano los platos si hay mucha suciedad.
Habrá que tener más cuidado con los perfiles de las ventanas de PVC, puesto que no toleran muy bien el uso de productos agresivos como el amoniaco, y es mejor usar agua con un detergente suave, o incluso comprar un limpiador específico para este material.
Cada tres meses, más o menos, sería una buena idea emplear un lubricante para los cierres y las bisagras, en el caso de ventanas abatibles, lo que puede coincidir con la limpieza de los marcos, que no se hace tan a menudo como la de los cristales.
Hay personas que no saben cómo se limpia una ventana de vidrio. El truco está en secar bien el cristal, lo cual se puede hacer con una bayeta especial o con una de microfibra que siempre hay que reservar seca y limpia y que evitará que aparezcan los clásicos restregones.
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