Cambiar las ventanas de casa es una buena idea.

Acaba de llover y me he vuelto a acordar que entra agua por las ventanas del comedor, ahora me va a tocar limpiar otra vez el moho y volver a pintar. Además en las habitaciones de los niños hace un frío que pela en invierno y en verano parece un horno. La verdad que las ventanas tienen unos cuantos añitos. ¿Debería plantearme Cambiar las ventanas de casa? ¿Es una buena idea…?

Ni lo dudes. Si tus ventanas tienen varios años de vida, da por seguro que no cubren el grado de asilamiento mínimo que debería garantizar, ya que probablemente dispongan de un vidrio sencillo (No aislante), de aluminio sin rotura de puente térmico (No aislante), de tipo corredero y con el sistema de cierre deteriorado, lo que genera problemas de filtraciones de aire y ruido.

Por si todo esto no fuera poco, este tipo de material produce condensaciones, lo que todos entendemos como que la ventana “suda”, lo que genera ese típico contorno ennegrecido en el perímetro de la ventana, y sobre todo moho en la parte inferior que es la que recoge toda esta agua de condensación.
Al Cambiar las ventanas de casa por unas ventanas con un mayor grado de aislamiento, no sólo estaré evitando este tipo de situaciones, sino que generaré un clima mucho más confortable en el hogar, ya que lo primero que se notará es una gran mejora en el confort térmico y acústico de mi vivienda.
Derivado de este mejor grado de aislamiento térmico, nos costará mucho menos llegar a la temperatura confort en nuestra casa, lo que implica un menor uso de los equipos de climatización a frio y calor. Esto disminuye la factura energética en generación de energía, y con ello, favorecemos el ahorro y la amortización del coste de la sustitución de la ventana en un plazo de tiempo no muy prolongado. Por lo tanto además del confort obtendremos un ahorro económico.

Con un mejor cierre de la ventana, utilizando preferentemente tipos de apertura practicable-oscilobatiente, logramos una menor permeabilidad al aire, lo que es un sinónimo de aislamiento acústico. Nuestro país está considerado el segundo país más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, por lo que aumentando el grado de aislamiento acústico de nuestras ventanas, dejaremos de sufrir del estrés acústico clásico de la ciudad derivado del autobús que tiene la parada debajo de nuestra casa, la moto que pasa zumbando en el momento clave de la película, las terrazas de los locales de ocio, etc…, lo cual nos ayudará a vivir más sanos.
Resumiendo, además del ahorro económico derivado de la menor utilización de energía, lo que no tiene precio es la mejora en la calidad de vida que vamos a notar, ya que vamos a vivir en un ambiente mucho más confortable y saludable para nuestra familia.
La pregunta ahora es ¿A que esperas???
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